Salimos de San Francisco temprano. Hacía días que el clima no acompañaba,
pensándolo bien, no sólo eso, sino que insistía en que desistiéramos de nuestro
objetivo. El frío y la lluvia, no cedía, pero aun así decidimos seguir hacia la famosa
región vitivinícola.
Luego de pasar por la pequeña y encantadora ciudad de Napa, seguimos en dirección a
Rutherford, donde se encontraba la bodega que visitaríamos hoy y uno de los lugares
donde nacen los mejores y más famosos vinos norteamericanos.
Desde afuera, la arquitectura de Sullivan Ruthersford Estate, mostraba su calidez a través de sus detalles en madera y modernidad con sus amplios ventanales. Una arquitectura de materiales nobles, moderna y elegante.
Esta bodega fue fundada por James O´Neil Sullivan allá por los comienzos de la década del 70, pero durante 5 décadas, los Sullivan sólo vendían su vino a sus amigos y familiares y la bodega permaneció relativamente desconocida durante muchos años.
En 2016, Juan Pablo Torres Padilla vio el potencial de Sullivan Rutherford Estate y adquiere la propiedad, para continuar el legado de James, cultivando y elaborando Merlot y Cabernet Sauvignon de clase mundial. Hablamos con él y nos comentó:
TNP: Y cómo fueron esos orígenes donde te interesaste por este rubro?
JPP: Estudié Ingeniería, negocios de tecnología, telecomunicaciones espaciales e inteligencia artificial en Francia donde viví 20 años. Pero todo ese tiempo tuve pasión con el vino. Mi verdadera historia con él, comenzó en el año 2004, estando yo en un gran restaurant francés, tomando el gran vino de la borgoña francesa Romanée Conti. Le pregunté a su sommelier como visitar sus viñedos lo cual era muy difícil, y luego de insistir durante mucho tiempo, logré llegar y realizar una degustación inolvidable. Y allí fue donde me dije: Si el vino es tanta pasión, por qué no generar un proyecto de vida alrededor del vino..
TNP: Decidiste dar un giro de timón en tu vida. Cómo fue la búsqueda de lugar adecuado para desarrollar tu nuevo proyecto?
JPP: Visité mucho Bordaux en Francia para entender el modelo. Buscamos muchos años y para el 2014 yo ya visitaba Napa en California porque me encantaba la mezcla del nuevo y viejo mundo. Ese espíritu californiano de mejora continua, de tecnología, de disrupción, de sed de construir. Napa hizo en 50 años lo que Bordeaux hizo en 200 años para producir uno de los mejores vinos del mundo. Visité aquí 120 viñedos en dos años. Y la primera vez que probé los vinos Sullivan, fue en el 2016, recuerdo el día y la hora, me dije cómo es que nadie conoce estos vinos. Luego entendí que este es un viñedo boutique de muchos años con un enorme potencial.
TNP: Y cómo comenzó el reconocimiento de estos vinos una vez decidiste apostar a Sullivan?
JPP: Luego de decidir comprar la propiedad, comencé a hacer catas a ciegas con sommeliers y wine makers de Francia y Estados Unidos con los mejores vinos franceses del mundo durante dos años. Y sistemáticamente alredor del 75/80porc elegían las etiquetas Sullivan… Y eso fue sin dudas un gran voto de confianza y una gran motivación.
Visionario, culto y exquisito, Juan Pablo reunió un equipo de nivel mundial y comenzó a mostrar sus vinos al mundo.
Luego de repasar la historia de este magnífico lugar, pasamos al piso superior. Tan sólo
al subir ya se vislumbraba un escenario como pocos: una larga cocina y su interminable
isla, donde grandes chefs con estrellas Michelin incluidas, preparan sus más
resonantes hits para su exclusivo club de clientes siempre maridando con los
excelentes vinos de la bodega. Unos metros más allá, en una imponente mesa
preparada para nuestra visita, nos recibió Jeff Cole, Winemaker en Sullivan desde
2013, con quien pudimos conocer en profundidad, todo sobre los vinos que aquí se
desarrollan.
Existen sólo dos líneas y dos cepas, Sullivan Estate y J.O.Sullivan. Ambas tienen sólo
dos varietales, un Cabernet Sauvignon y un Merlot. En ninguno de los dos casos existe
un blend.
Jeff nos contó detalles de cada vino que íbamos a degustar: el terroir y su influencia en los aromas y sabores, métodos de elaboración, los diferentes procesos de vinificación y fermentación, especificaciones de añejamiento, etc, para luego sí, poder degustar 4 exponentes con distintos perfiles.
2018 Estate Cabernet Sauvignon (91% Cabernet Sauvignon, 9% Petit Verdot).
Perteneciente a la línea Estate, este es un vino que en nariz manifiesta claramente
detalles de fruta rojas maduras tales como cerezas al maraschino y ciruelas, también
se perciben notas herbales como laurel, pimiento rojo y anis, acompañadas de un
perfume típico de sotobosque.
En boca es un vino seco, carnoso, potente, con carácter. Un vino de cuerpo medio. Su
acidez se percibe claramente, acompañando a sus taninos que se los nota apenas
protagonistas. Son elegantes y aterciopelados. Su valor es de Usd 170.
2018 J. O. Sullivan Reserve Cabernet Sauvignon (91% Cabernet Sauvignon, 9% Petit Verdot).
Desde aquí ya pasamos a la línea superior. Su nariz nos recuerda notas de fruta roja y
negra madura como la mora, también se percibe el característico pimiento rojo del
Cabernet y detalles ahumados.
Es un vino seco, jugoso, donde con caben dudas que sus taninos, sutiles pero vigorosos
protagonizan el paso por el paladar. Su acidez se manifiesta sedosa y amigable. Este
equilibrio, logra un magnifico cabernet de gran personalidad.
Su valor es de Usd 330.
2014 J. O. Sullivan Reserve Merlot (79% Merlot, 11% Cabernet Sauvignon, 10% Cabernet Franc).
Este merlot que ya tiene 9 años, muestra un color terracota, acorde con su longevidad. Posee una gran intensidad aromática, con notas a fruta negra, pimiento rojo, pimienta y algo herbáceo, no caben dudas que estamos ante un merlot mucho más robusto a lo que estamos acostumbrados. Al probarlo, la sorpresa nos invade, pero la lógica acomoda las fichas. Esa presunción que tuvimos en nariz, no se percibe en boca, ya que es un vino seco, ágil, jugoso, carnoso con un cuerpo medio que se desglosa con taninos finos, amables y persistentes y una acidez tímida y fresca que nuevamente deja que los taninos brillen en todo su esplendor. Su valor es de Usd 370.
2016 J. O. Sullivan Reserve Cabernet (95% Cabernet Sauvignon, 5% Petit Verdot).
Para finalizar, degustamos un 2016 de la línea Reserve. Su aroma era medianamente
intenso, donde las notas de fruta roja y negra madura florecían, acompañadas de un
más que esperable pimiento rojo, algo de chocolate y sutilezas como pimienta,
especias variadas y frutos secos. Sin dudas que la complejidad aromática nos anticipa
la presencia de un vino excepcional.
De entrada se lo percibe seco, potente, jugoso, tierno pero voluptuoso. La delicadeza
con la que su gran volumen llena la boca se traduce en sus taninos finos, sutilmente
rugosos, homogéneos, sin costuras. Al mismo tiempo, la fresca y brillante acidez en
total consonancia, equilibra y redondea el concepto superlativo de este increíble
cabernet.
Posee un final apenas largo, persistente, con reminiscencias de moras y avellanas.
Su valor es de Usd 350.
Su fluidez, su textura, su volumen y su final me animan a decir que este grandioso vino emociona y más aún. No recuerdo otro cabernet sauvignon así. Definitivamente de lo mejor.
Luego de una experiencia que superó nuestras expectativas iniciales, fuimos despidiéndonos, intentando que ese momento durara lo más posible. Afuera, la lluvia nos daba un respiro, y un tímido sol amagaba y demoraba su presencia. De todos modos, poco nos importaba. La visita a Sullivan Rutherford Estate, nos había colmado de luz.
Christian Fischer