Las calles de Bordeaux nada tienen que envidiarle al glamour parisino. Por algo es conocida como la “pequeña París” por ese legado de edificios neoclásicos que nos transportan a la capital francesa. En un entorno con mucho detalle y encanto, la ciudad tiene un plus, la tranquilidad que se respira. Un lugar para enamorarse al más puro estilo chic francés.
Y si hablamos de enamorarse, hay un lugar que es el indicado para ello: el Yndo Hôtel, uno de los pocos 5 estrellas de aquí y sin dudas uno de los secretos mejor guardados de la zona.
Guiados por nuestro gps, llegamos a la calle en cuestión, pero no se veía nada parecido a un Hôtel. A mitad de cuadra, al lado de un portón antiguo de doble hoja, con molduras rectangulares, encontramos un pequeño cartel metálico, en el cual tímidamente se leía el nombre del Hôtel.
Entramos el auto y descubrimos que allí, detrás de ese portón se encontraba una reliquia.
A mitad de camino entre un Château y una Grand Maison la arquitectura y el entorno eran fascinantes.
En el hall de entrada, nos esperaba Agnès, su propietaria, quien nos contó que esta mansión del siglo XIX, estuvo abandonada por cinco años y con mucho esfuerzo, dedicación y buen gusto, la fue transformando en el magnífico Hôtel que estábamos por descubrir.
La decoración es definitivamente ecléctica, donde objetos clásicos se combinan con muebles modernos, texturas diferentes y materiales de todo tipo, como madera, cristal y metales, sin dejar de transmitir mucha calidez. Aquí no existen las normas, lo que lo convierte en un lugar muy personal y realmente con un gusto muy refinado.
Yndo Hôtel cuenta con Nueve habitaciones y suites, de 25 a 55 m2, ubicadas en el edificio principal; otras tres se encuentran en las antiguas caballerizas, un edificio de carácter que bordea el jardín del patio y su terraza, y cada una tiene con su propio estilo colmado de detalles. Nada se repite en ninguno de los otros espacios del Hôtel. Cada lugar es único e irrepetible.
Los cuartos se nomenclan en tres categorías: las habitaciones locas (con sus colores saturados y adornos posmodernos), las acogedoras (con sus maderas cálidas y tonos neutros) y las suites (eclécticas y sofisticadas), sin contar a la “habitación secreta” con su patio privado en el piso -1. En todas ellas, la tecnología se combina con el confort: camas king size, almohadas de plumas de pato hechas a medida, sábanas de percal y las bañeras de corian, que son un capitulo aparte.
Dependiendo del período, el precio de la habitación más barata puede bajar a 160 euros, siendo el rango de precios habitual entre 260 a 750 euros por noche.
Luego de visitar cada una de ellas, podríamos decir que evidentemente, cada rincón fue pensado meticulosamente para que el confort y el diseño sean los anfitriones.
Nos tocó la Suite Yndo, que se encontraba en el primer piso del edificio de atrás. Con una divina vista al patio y a la mansión principal, la amplitud del sitio, dejaba admirar desde muchos ángulos cada uno de los grandes espacios que si bien conformaban un todo, claramente fueron pensados a medida. El baño, con predominio de blancos y negros de concepto abierto, contaba con una bañera con patas, con curvas en todos sus lados y enfrente de ésta, la ducha, donde la rutina del aseo, se convertía en una experiencia nueva.
El toilette, también en blanco y negro, directamente estaba en la ante sala al baño, casi en el medio de todo. Aquí nada pasa desapercibido.
Es necesario mencionar a los colchones, su comodidad invita a dormir hasta tarde. Pero algo quizás mejor nos esperaba a la mañana siguiente.
El desayuno
En un acogedor comedor con estilo netamente clasico con toques sutiles de modernismo en el mobiliario, nos sentamos a disfrutar sin saber que nos esperaba.
Ya con los panes y croissants, (que aquí en francia son un must en todo momento) pudimos darnos cuenta que todo sería artesanal y delicioso.
La variedad del servicio nos daba a elegir yogur recién hecho, crepes servidos con diversos toppings y mermeladas caseras. Por otro lado, en una selecta carta era posible ordenar un “plato principal” como por ejemplo una bruschetta con palta y huevo. Quesos, fiambres, jugos recién exprimidos y café gourmet acompañaban la propuesta.
Promediando el disfrute de los manjares, aparece Agnès, quien como buena anfitriona, nos pregunta sobre nuestra experiencia allí. ¡Cómo explicar que todo lo que vemos es de otro planeta!
Tal es así que en esta animada charla, Agnes nos confiesa que el Hôtel fue un éxito inmediato, una demanda que no había previsto y acota, sonriendo ante nuestro entusiasmo por transmitirle nuestas sensaciones, que ya varios periodistas le dijeron que “no existe algo así en otro lugar”, Agnès ha dedicado con mucho amor y buen gusto dos años a este proyecto, y ya está pensando en adquirir la casa vecina. Ojalá Yndo siga creciendo.
Nos hubiera encantado quedarnos una o dos noches más. Por que no tres, o cuatro.
Es justo decir que siendo tan sólo 12 habitaciones debemos dejar el lugar a otros, porque el secreto empieza a dejar de serlo, y de alguna manera, escribiendo esta nota, debemos confesar que somos cómplices de ello. Las ganas de contárselo a todos es más fuerte y esperamos puedan vivir una noche mágica en este Hôtel fuera de época.
Yndo Hôtel
108 rue Abbé de l’Epée, Bordeaux, Francia
www.www.yndohotel.fr.com.ar