Visitar este santuario de bienestar en México es descubrir que podemos encontrar la mejor versión de nosotros mismos. Así es Palmaïa the House of Aïa, una nueva era en el concepto del lujo y el wellness.
Despertarse allí, es el más perfecto de los sueños. Una estética cuidada y serena, alfombras y maderas naturales, aromas inolvidables y una decoración libre de animales como parte coherente de la filosofía Palmaia.
Situado en la Riviera Maya, México, conocido por sus playas, su variado paisaje de montañas, desiertos y selvas encontramos este mágico resort. Un refugio de lujo donde el tiempo se detiene y los sueños comienzan. Un lugar para aquellos que buscan una absoluta intimidad y la oportunidad para restablecer la conexión entre cuerpo y alma.
El hotel, pertenece a Preferred Hotels & Resorts y se encuentra en una apartada playa de arenas blancas, terrazas privadas, piscinas infinitas. Un todo incluido libre de buffets y con un servicio cercano y exquisito orientado al bienestar.
En Palmaia es posible hospedarse en una de las 234 Suites orientadas al mar,
que permiten a los huéspedes disfrutar de la salida del sol dentro de la
privacidad de la suite. Suites con acceso directo a las piscinas infinitas, suites
para familias totalmente equipadas y suites de meditación.
Para la decoración de los cuartos y fuera de dañar el ecosistema, se han
utilizado productos veganos, ofreciendo al huésped un espacio donde celebrar
el valor de la vida en la tierra.
The house of Aia, refiere a la casa de Aia que significa justamente conexión con la naturaleza. Un lugar orgánico, inmerso claramente en el nuevo concepto de lujo, con sutilezas estéticas por doquier y un gran cuidado por el comfort del huésped.
El corazón de este resort, Arquitectos de la vida, es un lugar donde todos
los días, chamanes y especialistas que llegan de todo el mundo, dirigen a
través de meditaciones, sanación sonora, ceremonias de gratitud o clases de
yoga entre otras disciplinas, la transformación del ser.
El Ritual Deck, esun lugar con susurros, sonidos, aromas y energía equilibrada
para tales fines. Se trata de un gran deck circular, en medio de la selva, con
árboles que aparecen haciéndole lugar. Es que este deck nació desde el respeto
por la naturaleza, sin talar ninguna especie. Entrar al círculo significa sintonizar
en una energía distinta. Meditar con el único sonido de la naturaleza, es un
verdadero bálsamo.
Nuestro primer día fue amorosamente imparable: a las 8 de la mañana hatha yoga en el Ritual Deck; a las 10 Art class en el Mushroom; a las 11 awakening ritual en el Ritual Deck; a las 3 de la tarde la Ceremonia de la Gratitud. Es imposible no mirarte entre intrigado y sorprendido. Arquitectos de la Vida el nombre de este programa, resultó ser el alma del lugar.
Muy cerca del Deck se encuentra Atlantis, el spa en la selva, donde los tratamientos para el cuerpo son rituales para depurar cuerpo y alma. Allí lo realmente inquietante es lo que llaman el “Libro de las nueve vías hacia la salud”, una sesión diseñada para tratar las emociones como la causa raíz del dolor físico. Los cuartos de estos tratamientos tienen ventanas de piso a techo con vistas a la naturaleza, y están inmersos entre cenotes naturales. Allí también se llevan a cabo rituales históricos llamados temazcales.
Aquí te vas a encontrar con honestos momentos de relajación. El abrazo de las
abuelas, por ejemplo, es un tratamiento basado en un concepto prehispánico
donde ellas untaban con esencias naturales a sus nietos y luego los mecían en
el medio de la jungla.
Este resort es infinitamente más que un all inclusive. Es un heaven included…
El bienestar bien entendido, tal como nos cuentan a cada visitante, ya deja de ser una simple visita al spa, sino un concepto de vida. Un valor que para The House of Aia, debe incluir a los niños de manera natural. El área infantil es por ejemplo libre de pantallas. Todo lo que allí se desarrolla, está inspirado en el programa de enseñanza Waldorf, con docentes certificados en la disciplina.
Como el único hotel en el mundo con un programa de este tipo, Palmaïa apuesta a la técnica Waldorf para propiciar la reconexión con la naturaleza y con la comunidad. Los chicos cocinan pan en la mañana, exploran la jungla en busca de tesoros naturales (maderas, piedras, etc) y al volver hacen una obra de arte con los elementos que encontraron. Todo gira en torno a la creatividad.
En Palmaia por supuesto no hay buffets, sino una propuesta totalmente a la carta y con varias opciones de restaurantes con diferentes conceptos para elegir. Totalmente sustentable, sin nada animal, ni en la comida, ni en la decoración, ni en los tapizados, ni siquiera en los artículos de tocador, que son todos biodegradables y también a base de hierbas, plantas y aceites esenciales.
En el caso de la gastronomía, si uno quiere comer carne, huevos o leche que no estuvieran contemplados en el menú, puede pedirlo sin problemas. En todos los lugares, el menú siempre propone una opción de cada plato fuera del plant based, de manera que es posible comer la misma opción, reemplazando el ingrediente principal por una proteína animal.
Siendo de noche, vimos varios restaurantes temáticos para elegir dónde comer: Su Casa, el bar de playa donde se desayuna y se almuerza, también ofrece cena a la carta; en LEK es posible descubrir la más alta gastronomía mexicana; Mar de Olivo redefine el concepto de la cocina mediterránea y el restaurante de fusión oriental Ume, que combina la cocina tailandesa con la continental. La idea fue comenzar la ruta gastronómica por este último. El menú de pasos era digno de, al menos una estrella Michelin. La presentación, el servicio, los colores y, sobre todo, las combinaciones de sabores eran de otro mundo.
Nos embriagaron los detalles en objetos y servicios por doquier, incluso en la playa. Al llegar a nuestro espacio chill con troncos y comfortables reposeras en la playa, nos acercaron inmediatamente una bandeja con hermosos vasos y una jarra aún más hermosa, con refrescante agua y hielo para que nada falte. Incluso es posible realizar pedidos al restaurant o bar a través de un discreto timbre en tu espacio, sin moverte ni perderte un minuto de la vista al infinito mar caribe.
Es hora del atardecer en el Eolo Beach Club, un club/bar de playa con un estilo que nos recordó a José Ignacio o incluso a Saint Barth, descontracturado y perfecto a la vez. El DJ residente comenzaba a levantar el ánimo de a poco, rodeados de algunos fogones en la arena, tragos, un violinista de fondo sobre la pista del DJ, y ese mar demasiado transparente al fondo. La imagen, un sueño hecho realidad.
Así como lo leés. Así es Palmaia. Un lugar que parece de otro planeta pero es de éste. Una experiencia llena de magia con un presente sostenible y un futuro saludable. Un lugar donde simplemente sentimos la felicidad de estar vivos ..
www.thehouseofaia.com