Sin dudas unos de los viajes con el que muchos de nosotros soñamos (quizás influenciados por Cartas a Julieta o Bajo el Sol de la Toscana) es alquilar un auto por la Toscana italiana y recorrer esas famosas rutas rodeadas de montes y cipreses característicos de la región, visitando los distintos pueblitos que ofrece esta encantadora zona.
Así fue, como decidimos cumplir ese sueño y ahora venimos a contarles un poco de lo que fue nuestra experiencia. Primero, un poco de contexto. La Toscana es una de las regiones más emblemáticas de Italia, particularmente por su patrimonio artístico e histórico, y sus deslumbrantes paisajes. Con su capital en Florencia, esta región es un verdadero must en tu lista de destinos por conocer. Lo mejor, para nosotros, es alquilar un auto desde Florencia (su capital) , y emprender un viaje en ruta recorriendo sus pueblitos. Entre los pueblos más destacados para visitar, se encuentran: San Gimignano; Pisa; Lucca; Montepulciano y Torrito di Siena. Nosotros, nos vamos a detener en este último, ya que fue aquí donde elegimos hospedarnos.
Retiramos el auto en la ciudad de Florencia y nos fuimos a la aventura. El viaje tuvo como primera parada el casco histórico de Siena, lugar alucinante que vale la pena visitar. Luego, seguimos viaje y a pocos minutos llegamos a otra de las paradas obligatorias, San Gimignano, una ciudad medieval rodeada de murallas del Siglo XII. Ya pasado el mediodía, nos fuimos a nuestra tan deseada parada, a unos 45 minutos del centro de Siena, rodeados de colinas y cipreses, llegamos a un caminito que desembocó en Villa San Sanino. Esta casona de 1900 es hoy un hotel de lujo, que invita a pasar una estadía con total tranquilidad, con una vista alucinante al paisaje de La Toscana.
A nuestra llegada nos recibió Giacomo, quien nos cuenta que toda su familia vive en esta casa desde el 2004, y que luego de mucho trabajo, en el año 2012 decidieron abrirla al turismo. El hotel cuenta únicamente con 4 suites, lo que hace que tu estadía sea completamente personalizada e íntima. Incluso, nos cuenta que muchas veces se alquila el hotel completo en grupo, y entre amigos o familia, los huéspedes pasan una estadía única.
Notamos rápidamente que el confort es prioridad en San Sanino. Las habitaciones son grandes, muebles antigüos, bañadera como las de antes, y un setting completo que te traslada a principios de 1900, pero lo que nos llamó la atención, es que a su vez mantienen las comodidades que ganamos hoy en día, con una ducha con un sistema completamente eléctrico, un Ipad y un parlante por habitación, minibar y todo lo necesario para disfrutar.
La Villa cuenta con una pileta de agua salada, con vista a la montaña, y ofrecen la opción de hacerse masajes para un relax total. Tienen un restaurante privado, únicamente para los huéspedes, quienes pueden elegir sus comidas cada noche, y donde sirven el desayuno casero por la mañana. Además, existe la posibilidad de tomar clases de cocina dentro de la misma Villa: una oportunidad perfecta para aprender a hacer una clásicas pastas italianas.
Bodega Ercolani. Wine tasting
Dentro de las múltiples experiencias que ofrecen, queremos resaltar una que para nosotros fue alucinante. San Sanino queda a muy pocos minutos de otro pueblo encantador de La Toscana, llamado Montepulciano, y desde el hotel podes gestionar una visita y degustación de vinos en una de las bodegas más emblemáticas de la región: Ercolani.
La bodega Cantine Ercolani fue fundada en 1988 en el corazón de la Toscana. La familia Ercolani maneja desde hace años su negocio, haciéndose cargo de la cadena de producción completa de sus vinos, con personal experto se ocupa de la
tramitación de unas 150 hectáreas de terreno, cultivos, campos de trufa, viñedos, olivares, ganaderías ovinas y venta directa.
La bodega queda en pleno centro de Montepulciano. Al ingresar, lo primero con lo que nos encontramos es una tienda con productos locales y por supuesto sus vinos que están a la venta. Aquí fue donde nos reunimos para iniciar el tour. Un poco confundidos comenzamos a descender por unas escaleras, Benedetta, miembro clave de este negocio familiar, nos cuenta que sus bodegas son subterráneas y que las condiciones bajo tierra son ideales para producir sus vinos.
El lugar es un auténtico museo, hasta se pueden observar restos de tumbas de la época de los Etruscos. Una experiencia sorprendente. Mientras seguimos descendiendo, ya perdidos en el subterráneo, Benedetta nos cuenta todo sobre la producción y la historia de su negocio. La pasión con la que lleva adelante todo es inspirador. Nos cuenta como sobrevivieron a la pandemia, y todo el empuje y la dedicación que hay detrás de cada botella.
Luego, la mejor parte: la degustazione. Tuvimos la oportunidad de probar 10 de sus botellas. Trabajan mayormente con la uva Sangiovese, típica de esta región. El vino es espectacular y la experiencia es única, distinta a lo que habituamos. Sumergirnos en el corazón de esta región tan maravillosa, mezclarnos con su gente y con su cultura, hace que viajar sea infinitamente más enriquecedor.
Qué lindo es conocer el detrás de escena de cada negocio. Tanto Giacomo como Benedetta nos demostraron su compromiso, esfuerzo y pasión por lo que hacen. Negocios familiares impulsados a pulmón, una experiencia inspiradora poder conocerlos. Y qué más decir de Italia, nuestro lugar preferido para siempre.
Villa San Sanino Località Sant’Ansano, 14
53049 - Torrita di Siena (Siena) Tuscany - Italy https://www.sansanino.it/?lang=en Bodega Ercolani Vía de Gracciano del Corso 82
53045 Montepulciano (SI)