Siendo una de las ciudades más pintorescas y románticas de Italia – y por qué no del mundo – Verona tiene la habilidad de enamorar a quien la visite. Atravesada por el Río Adigio, la ciudad combina la arquitectura típica italiana, sus callecitas angostas y sus colores, con la particularidad de también tener el agua que encierra su casco histórico, y termina de generar la postal perfecta.
Cruzando el histórico puente romano Ponte Pietra, llegamos a nuestro hospedaje por unas noches. Uno de esos lugares que desde afuera no genera mucha expectativa. Ingresamos a este edificio antiguo que data del año 1300 D.C, y subimos por ascensor hasta un piso 3. Allí, comenzó la magia.
Relais Colle San Pietro es una casa de huéspedes boutique, que combina el confort y la elegancia a la perfección. La exclusividad de este lugar, permite que te sientas en un spa, y que después de mucho andar, puedas desconectarte y descansar, mirando la hermosa ciudad de Verona por la ventana.
El ambiente es cálido, y la atención es 100% personalizada. Este Relais cuenta con pocas habitaciones, lo que hace que cada huésped que pasa por allí se sienta súper especial durante su estadía. Tuvimos la suerte de poder conocer todos los tipos de habitaciones, y recomendamos que si tienen la oportunidad, reserven la habitación “Prestigio Suite”. Una habitación de dos plantas, que cuenta con un extenso balcón, y que tiene la particularidad que la posición de la cama esta direccionada hacia el ventanal que da al casco histórico de Verona. Amanecer con esa vista, es una experiencia alucinante.
Otro punto a destacar fue su desayuno. Si bien por medidas de higiene a raíz del Covid-19, no contamos con servicio de buffet, a nuestra llegada nos brindaron un menú de opciones para marcar lo
que más nos guste para cada mañana. Las opciones eran súper variadas, con productos de altísima calidad, panes y pastelería casera. Para sentirte mejor que en casa.
Conocida como la ciudad del amor, y elegida por Shakespeare para ambientar Romeo y Julieta, Verona tiene algo que la vuelve mágica. Su pequeño Coliseo, la famosa casa de Julieta, su increíble gastronomía y sus callecitas, la vuelven un must a la hora de visitar Italia.
Tip: los bares en el centro histórico ofrecen el famoso servicio de aperitivo italiano, donde podés tomarte un Aperol o una copa de vino y picar algo antes de cenar, mirando la imponente Arena Di Verona. Experiencia que sin dudas vale la pena.