“Nos ofrecen abrir una franquicia y no puedo ni imaginarme un local en el que no estemos nosotros. El pan no saldría igual, no sonaría la misma música, sería otra cosa.” Esta frase sirve de ejemplo para entender la fortaleza que tiene la identidad de esta panadería alternativa, donde todo tiene un por qué y está pensado de acuerdo a un concepto. Salvaje hace referencia a lo más profundo de la palabra, al estado de la naturaleza en que nada puede guiarse, donde las cosas van cambiando y donde el respeto por el clima, los productos y el estado de ánimo de sus protagonistas es fundamental.
Mucho hemos leído acerca de lo malo que puede resultar el exceso de harinas, y sobre cómo se demoniza en la actualidad a un alimento milenario como el pan. La pregunta sería ¿por qué hoy el pan es perjudicial?, y la respuesta es simple. “Porque lo elaboramos mal, el problema del pan es la cantidad de levadura y las harinas refinadas.” Esto lo dice Germán Torres, licenciado en publicidad, cocinero, maestro panadero y dueño de Salvaje Bakery, la panadería estrella ubicada en el límite entre Colegiales y Palermo. Un galpón con una cortina metálica levantada, donde todo está a la vista y todo se elabora de manera manual. Ambientado con frases de Kurt Cobain, azulejos negros e imágenes de películas; y donde el principal diferencial es la calidad. Quien visite este local podrá comprobar que los productos que ofrece Salvaje están por lejos, en otro nivel.
La masa madre está presente en la totalidad de las preparaciones de esta panadería. Se trata de un fermento natural de diferentes tipos de harinas, que se utiliza desde antes que se comercializara la levadura industrial que conocemos. Este cultivo se va alimentando a diario y desarrolla levaduras naturales que dan por resultado un alimento más fácil de digerir y que le aportan al pan acidez y sabor a pan genuino. Trabajar con masa madre en la elaboración de panes es tendencia a nivel mundial, y tiene que ver justamente con volver a las técnicas que se usaban hace muchos años. En Salvaje, este tipo de fermentos se combinan con harinas de sarraceno, lino, centeno, que un molino desarrolla especialmente. Se amasan a mano, se respetan los tiempos de leudado (solo el tiempo genera sabor en la harina) y se hornean en un horno español con piso de piedra que Torres encontró en muy mal estado y restauró. El resultado de esta cuidada cadena de elaboración son panes de excelente calidad como el pan de sarraceno, integral con lino, brioche con algarroba; que venden tanto en su local como a otros negocios de los que son proveedores.
La carta se completa con opciones de pastelería, como budines integrales, alfajores, rolls del canela, medialunas y brownies de centeno (el mejor que van a probar en mucho tiempo). Para la hora del brunch o almuerzo ofrecen sándwiches, sopas y tartas.
Sentarse a charlar con el responsable de este mundo es una experiencia en sí misma, ya que su aspecto de músico de rock difiere mucho del estereotipo que uno imagina al ver a un panadero. Hoy disfruta de contar sobre sus inicios y de sentarse a filosofar sobre la vida que llevamos, pero Germán Torres recorrió un camino en su búsqueda que lo llevó a viajar por el mundo y tomar, de manera obsesiva, ideas de lugares como Australia y New York para crear la identidad de Salvaje como si se tratara de una campaña publicitaria, donde todo tiene su razón de ser y fue pensado para lograr la experiencia. Trabajó unos años como redactor publicitario y se refugió en la cocina por su necesidad de crear algo con las manos y que tenga una salida rápida. “En publicidad la mayoría de las cosas quedan archivadas, nunca salen o demoran meses. Cuando cocino, el proceso y la satisfacción son inmediatos. Preparo una receta con mis manos, emplato, se sirve y se come.” Y esa satisfacción de la que habla se transmite en cada bocado, ya que Salvaje Bakery nos hace sentir que ese producto fue elaborado especialmente para que pasemos un buen momento.
Por: Life is Good
Salvaje Bakery
Av. Dorrego 1829 – CABA PH: Salvaje Bakery