Por tercera vez, nos encontrábamos en la ciudad de Reims, con su imponente Catedral, Notre-Dame de Reims, (que obviamente volvimos a visitar), sus innumerables casas de champagne esparcidas por toda la ciudad y sus viñedos, en las afueras, que siempre invitan a perderse por sus caminos ondulantes, regalándonos postales de un lugar mágico que ya forma parte obligada de nuestros recorridos por tierras galas. La ciudad no es muy grande y todo esta bastante cerca, por eso uno se encuentra a cada paso con una casa de champagne, luego con otra y así en todas direcciones. La fisonomía está dada por los establecimientos de grandes marcas mundiales y otras tantas que son conocidas en el ámbito local. Llegamos facilmente a la Maison Taittinger. Allí nos esperaba una recorrida por sus “crayères” y una apasionante historia que se remonta muchos años atrás.
En el hall de entrada, mientras esperábamos a nuestro anfitrión, descubrimos algo que no conocíamos: Una maqueta de una iglesia de estilo gótico, la iglesia de Saint-Nicaise, construída en 1229 por monjes benedictinos, la cual se veía tan grande como la actual Catedral de la ciudad, y que justamente se erigió en este lugar, debajo de donde estábamos.
Nuestra visita comenzó en un microcine, donde una película nos introducía en el comienzo de la historia.
Taittinger es una de las más célebres Maisons de Reims, fundada hace casi tres siglos, en 1734. Sus bodegas están construídas sobre las antiguas galerías excavadas en la época galorromana, sobre las que también se encontraba la abadía de la maqueta y que fue completamente destruída durante la Revolución francesa.
La Maison es propiedad de la familia Taittinger, un apellido poco común aquí, (pronunciado por la propia familia como “Tetanyé”), es una de las más antiguas y forma parte de un selectivo grupo de casas de champagnes todavía dirigidos por la familia fundadora.
Los Condes de Champagne
La película sobre este histórico lugar, suma un condimento más, el legado de los Condes de Champagne. El reinado de los Condes comenzó en 956 y se prolongó hasta 1284, fecha en la que el Condado se unió al Reino de Francia al no tener descendencia.
¿Pero que tiene que ver esto con el champagne?
Muy simple: En homenaje a los Condes de Champagne y en concreto, a Teobaldo IV, cuyo sello marca todas sus botellas, Champagne Taittinger creó en 1952 un cuvée único y muy valioso, el Comtes de Champagne Blanc de Blancs, que descansa pacientemente durante 10 años en las crayères, a 18 metros bajo tierra, antes de salir a la luz.
Volviendo a la historia de los condes y su relación con la bodega, la Residencia de éstos, un gran lugar de recepciones en los tiempos de Teobaldo IV, pertenece desde 1932 a Taittinger, que la restauró durante años para devolverle su esplendor de la época.
Al terminar la proyección en el microcine, bajamos los 18 metros y nos adentramos en las galerías subterráneas, que además de estacionar las botellas, sus paredes y recovecos, nos ponen en nuestras narices, la historia misma. Allí, durante la guerra, este lugar acogió soldados y refugiados que marcaron su paso, dejando dibujos, graffitis indescifrables o la fecha de ese momento que aún son visibles. Estas galerías forman parte de la lista del patrimonio mundial de la UNESCO.
Luego de un rato de perdernos, encontramos una puerta antigua, la cual conecta con una parte de la iglesia de Saint-Nicoise. Increíble. Ya sobre el final del recorrido fuimos testigos de un hecho que no se da todos los días: una mesa con un ramo de flores y dos copas, el escenario ideal para que un enamorado caballero le pida matrimonio a su novia, algo que sucedería un rato después.
Los viñedos
Hoy en día, los viñedos de Taittinger se reparten en 37 crus diferentes, que se encuentran entre los mejores de la denominación y se plantan con una proporción particularmente alta de Chardonnay. La base del viñedo cubre aproximadamente el 50% de sus necesidades, las que se complementan comprando uvas y vinos cuidadosamente seleccionados de productores independientes y varias cooperativas, con las que Taittinger trabaja a largo plazo.
La dégustation
Finalmente llegamos a un elegante salón donde nos esperaban 3 champagnes icónicos de la bodega.
En primer lugar degustamos un Taittinger Brut Réserve, un champagne para “todos los momentos” y que no tiene añada. Su maduración se da por su paso de 3 o 4 años en bodega y por su gran porcentaje de Chardonnay (40%), algo único en los de este tipo.
En boca da una deliciosa sensación cremosa, algo de manzanas verdes frescas y un toque de acidez. El final es largo y gustoso. Su precio ronda los 40 euros.
Pasamos inmediatamente a los champagnes de alta gama, los Comtes de champagne, en este caso un Rosé 2007 y un Grand Crus Blanc de Blancs 2007.
Cabe destacar que estos champagnes sólo se producen cuando la vendimia resulta ser de una excepcional calidad y digna de merecer una añada. Nos comenta nuestro anfitrión que el 2007 ha sido uno de los mejores.
Su composición es 100% Chardonnay proveniente de los más grandes viñedos de las prestigiosa Côte des Blancs. El Comte de Champagne descansa unos 10 años en las crayères.
Grand Crus Blanc de Blancs 2007. De color amarillo dorado con reflejos muy brillantes. Burbujas finas, casi inapreciables que se elevan regularmente para formar un finísimo hilo de espuma. El paso en boca es carnoso, con algo de cítricos. Perdura en el paladar mucho más que los champagnes tradicionales. El final es elegante y muy largo con un toque especiado. Su valor es de aproximadamente 160 euros. Es uno de los mejores del mundo, sin dudas.
Rosé 2007. Esta añada se elabora a base de Chardonnay (30%) y Pinot Noir (70%), procedentes de viñedos clasificados exclusivamente como Grand Cru. Debe el secreto de su rareza al 15 % de vino tinto que incluye su ensamblaje.
De color salmón con destellos dorados y finísimas burbujas. Su consistencia y sabor se manifiestan con una sublime cremosidad acompañada de una combinación de nuez, frutos rojos y algo de arándano. Tremendo!
Con la expectativa desbordada por la excepcional atención recibida, nos vamos de “Tetanyé” sabiendo que de aquí en más, este champagne estará en nuestra memoria por mucho tiempo, esperando alguno de esos momentos de la vida que se merecen el título de imborrables y por supuesto, ser parte de ellos.
Maison Taittinger
9 Place Saint-Nicaise, Reims, Francia
www.taittinger.com