Una herencia nórdica que Martín Lan convierte en lujo nacional.
El agua es históricamente una fuente de placer. Gran parte de las elecciones de los viajeros rondan en torno a los spas. Cuando el escritor Graham Greene dijo que para él “viajar permite huir de la rutina diaria, del miedo al futuro”, seguramente no imaginaba que la pandemia nos convertiría en sujetos ávidos por salir de casa.
Justo cuando la industria del turismo había abierto la puerta cientos de nuevos viajeros, los encierros mutilaron los planes. Ese impasse no sólo permitió recomponer los deseos de cómo, a dónde y qué tipo de paseos hacer, sino que dio la oportunidad a los prestadores de encontrarse frente a un lienzo que podía empezar a escribirse de
cero. En este sentido, el Global Wellness Institute (GWI) reveló en sus últimos informes que el bienestar se ha convertido en una fuerza importante en el mercado turístico mundial, con inversiones que llegaron a 720 mil millones de dólares. Según un estudio realizado por Fact.MR, se espera que este mercado crezca de un valor de 880 mil millones para fin de este año a 2,3 mil millones dentro de una década.
Los baños de agua caliente están muy extendidos en todo el mundo. Se pueden encontrar manantiales de agua caliente naturales en muchos países: Islandia, Japón, Nueva Zelanda, Hungría, Eslovaquia, etc. Desafortunadamente, no todo el mundo tiene la oportunidad de sumergirse en ellos, y mucho menos tener su propio manantial en el patio trasero, el jardín de casa o la terraza.
Martín Lan es uno de esos viajeros afanados en el disfrute. Si bien muchos recuerdos le han quedado en la retina, una experiencia fue imborrable: la mágica opción de dejarse obnubilar por la aurora boreal dentro de una bañera típicamente nórdica. El recuerdo quedó en el cuerpo y en el alma. Nunca perdió fuerza, y una década después dio vida al sueño que permite reproducir la experiencia armónica y de encuentro interior ambientado en la naturaleza, con sus Loop Pool.
Martín es hace 30 años propietario de una agencia de viajes. ¡Qué le puede quedar en el tintero conocer! Sin embargo, su experiencia en Noruega, en un lodge en medio de un bosque apenas a dos horas al norte de Oslo fue una impresión que no pudo borrar. La exquisitez partió de encontrarse con la experiencia al aire libre de contemplación, relajación corporal y espiritual, pero, a la par, imbuido en un elemento de diseño de vanguardia, que responde a principios ecológicos. "Estar sumergido mirando ese cielo de colores que regalaba la aurora boreal dentro de unas bañeras nórdicas, alimentadas por un fuego que calentaba el agua, fue inolvidable”, explica. La idea quedó allí, bajo un mantra que se repitió por una década “las quiero hacer en Argentina”.
Para ello se se asoció con la compañía Tritón, especialista en hidromasajes, y en equipo dieron vida a lo que más tarde serían las bañeras nórdicas argentinas que son un sueño para toda la vida aún en el exterior, gracias a que utilizan los mismos insumos de la industria naval. El concepto puso en juego la fibra de vidrio; pero, además, las piezas agregaron una hechura artesanal, sumando laminando con el mismo principio que poseen las embarcaciones, aunque para el más sofisticado se puede revestir en madera. Una pieza perfecta cuyo costo es la mitad que en Europa.
Casi como con la vernácula ceremonia del asado, la idea nórdica
está pensada para aquellos que aman el aire libre, gustan de hacer
un fuego, contemplar las estrellas y disfrutar de la experiencia de
punta a punta, mientras el agua toma temperatura, aproximadamente demora un par de horas.
Técnicamente funciona como un termo gigante, al que se le va
introduciendo agua caliente y se mantiene sin necesidad de gastar
energía. La temperatura se alcanza con la serpentina que tiene
adosada la bañera que se calienta con el fuego. El agua entra y sale
por efecto termosifón y asegura agua caliente permanente. ¿Cuánto
fuego necesita? Allí entra la mano del usuario que con la práctica le
va tomando el pulso, tal como a templar el vacío para el primer
sandwichito. El fueguito ahí al costado permite ir matizando con la
preparación del algunas verduras para acompañar la velada.
¿El sueño inimaginable? Es transportable y te la podés llevar de camping, de vacaciones o a la casa de un amigo para usarla sin instalaciones previas. “Te llega y la ponés donde querés, en tu jardín, patio o terraza, sin tener que conectar nada. Y además la podés llevar arriba de la camioneta. Pesa 75 kilos, es decir que se puede levantar entre dos. Mide 164 centímetros de diámetro y carga unos 350 litros”.
Un paseo cerquita de casa para sumergirte en la serenidad de las bañeras nórdicas, donde la elegancia fresca se combina con la calidez de la relajación. Un momento de pura felicidad.
Más información:
www.thelooppool.com.ar